El 29 de marzo de 2011 se publicaba en este portal de los profesionales de la seguridad, la primera parte de lo que a juicio del autor, presentaba el futuro y por ende la seguridad de España y de los españoles.
Pienso que si no rectificamos a tiempo estamos abocados a “no tener futuro” y que cada uno elucubre con la expresión.
En la columna anterior se ha introducido de forma involuntaria un error, expresándose la existencia de “cerca de cincuenta mil municipios” cuando en realidad son 8.108, aunque la diferencia de número no rectifica la consideración de que son demasiados y que muchos de ellos no responden a las exigencias que sus ciudadanos les demandan.
Esta segunda columna girará en torno a la economía, teniendo en cuenta que el que escribe no es economista, aunque intenta observar lo que ocurre en la aldea global del mundo y comprueba que la inmensa mayoría de los productos son hecho en países asiáticos; que las macronaciones India y China, con cerca de tres mil millones de habitantes, han desestabilizado el mercado energético; que su tecnología aumenta en progresión geométrica, mientras que nosotros lo hacemos de forma aritmética; que el dinero chino está comenzando a fluir a borbotones hacia Occidente, haciéndose cargo de bancos y empresas, aparentemente con problemas, pero que les soluciona a los empresarios asiáticos la cuestión de la distribución y del asentamiento en los países europeos.
Los grandes generales son “estrategas”, es decir son capaces de vislumbrar el escenario futuro tras una serie de operaciones militares. Lo que diferencia al gran estadista de un político, es que es capaz de bucear en el futuro, percibirlo y preparar el presente y todo el trayecto para alcanzarlo, un futuro que lo ha transformado en “deseado”, el que conviene a su Patria y a sus ciudadanos. ¿Tenemos en España políticos de esta talla?
Algo de economía y de empresas
El “tirón de orejas” a nuestro Presidente y a España, realizado por la Unión Europea y más concretamente por Ángela Merkel, es una realidad, al margen de cualquier ideología política. Hemos tenido que aceptar por “imperativo comunitario” el concepto de productividad, como reguladora de los salarios, y no el aumento del índice de precios al consumo. La verdad es que esta decisión tenía que haber sido tomada hace muchos años.
La economía española sufre de faltas de emprendedores y de innovación. Vemos al Presidente del Gobierno reunido con los grandes magnates de las empresas españolas, pero, ¿cuánto del producto interior bruto les pertenece?, el que genera riqueza y empleo no son las grandes industrias ni corporaciones, sino el pequeño empresario, que apuesta sus escasos ahorros y sabe que su fracaso le acarreará una vida de sufrimiento, para crear tres, cinco o cincuenta puestos de trabajo.
Se ha “rescatado” con dinero de todos los españoles, algunos de los grandes bancos, al final todos somos más pobres, menos sus propietarios, que además amenazan con trasladar la cabecera de sus negocios a otros países, amedrentando y chantajeando al Gobierno.
He vivido en primera línea las vicisitudes de una emprendedora en la persona de una hija mía. Ha apostado en el proyecto todo el dinero (pocos miles de euros) que le dejó su abuela. Ha solicitado ayudas, de las que son cacareadas, por el ayuntamiento, junta y estado. En el momento de la petición era soltera y menor de 25 años, ahora está casada y lógicamente ha sobrepasado esa edad, pues bien ni un euro ha obtenido de ayuda, a pesar que le indicaban que reunía todos los requisitos para ello. Mi única aportación ha sido la garantía al banco. Por conocer el final de la historia, tiene abierto su negocio, le va bien, ha contratado a tres personas, a las que paga según convenio y ella obtiene un sueldo modesto, dado que tiene que pagar alquiler del local y la amortización, pero de subvenciones oficiales nada de nada.
Para que un país tenga futuro es imprescindible POTENCIAR E IMPULSAR LA ACCIÓN DE LOS EMPRENDEDORES, verdaderos generadoras de la riqueza de una nación.
La economía de un país debe basarse en unos “factores claves de éxito”, es decir en aquellos pilares que lo diferencian de otros del entorno y que le permiten obtener un mercado suficiente para sus productos: ¿Cuál es el factor de éxito de la economía española? Si encuestamos a franceses o alemanes, por poner dos ejemplos cercanos, estoy seguro que relacionarían algunos productos y algunas formas de entender la vida, que los diferencian de los demás, pero si lo hacemos en España, no conocemos lo que podemos ofrecer al mercado del mundo.
“Investigación, análisis, desarrollo e innovación”, he aquí cuatro conceptos que debe tener presente la acción del Gobierno, pero siempre sobre los factores que nos diferencian de los demás y en los que podemos obtener un posicionamiento, una preeminencia en el mercado, identificando el producto con la marca España.
Los países emergentes están planteando un verdadero reto a lo postindustriales, como es nuestro caso, debido a que ofrecen más, mejor y a menor precio. No hay más que pasear por las calles españolas y contemplar que todos los productos que nos relacionan con los demás, son elaborados en los estados emergentes, no digamos las telas, trajes, calzados, objeto de regalo, herramientas de bricolage y hasta comida, de tal manera que los productores nacionales de los mismos artículos se quejan de tan “desleal competencia”. ¿Es desleal competencia, o es precisamente nuestra incompetencia la que la percibe como tal?
Hace años, la primera edición llegó a España en 1995, los ilustres “gurus” de la economía mundial, Gary Hamel y C.K. Prahalad, publicaron un libro titulado “Compitiendo por el futuro”. A pesar de los años, gran parte de sus postulados mantienen su vigencia. Por ejemplo para hacer frente al futuro, los empresarios emplean generalmente la regeneración de sus estrategias, la reorganización de su empresa, y otras recetas similares, pero ante los retos a los que nos enfrentamos todo ello ya no es válido, siendo necesario “reinventar el futuro”, “reinventar los sectores productivos”, “reinventar los mercados” y toda reinvención es a base de investigación, análisis, desarrollo e innovación.
Tenemos que llegar al futuro y hacerlo primero que nuestros competidores, los cuales ya no están en nuestro propio país o entorno, sino que con las grandes economías emergentes, que son capaces de desarrollar más, mejor y más barato todo lo que concierne a la economía del presente.
En una revista leía que China es ya la séptima productora del mundo de vino, que está importando cepas de distintos sectores vinícolas y las está mezclando con las autóctonas, extrayéndose en la actualidad un vino de calidad que en breve inundará los mercados occidentales. ¿Pagaremos más por la misma calidad, simplemente porque la marca es nacional?, a la postre adquirirán (ya lo están haciendo Francia) bodegas y no sabremos que estamos consumiendo un vino elaborado a miles de kilómetros.
Por ello, nuestro Gobierno, los de las comunidades autónomas, los empresarios, las universidades y la sociedad en general, debería dedicar tiempo y esfuerzo a reflexionar sobre nuestro futuro. DEBEMOS REINVENTAR EL FUTURO Y LOS SECTORES PRODUCTIVOS Y ADEMÁS DEBEMOS LLEGAR LOS PRIMEROS PORQUE EN BREVES AÑOS ESE PRESENTE LO VOLVERÁN A OCUPAR LOS PAÍSES EMERGENTES.
A los gobernantes españoles se les ha acusado de “cortoplacista”, creo que injustamente, porque la sociedad en general lo es y hasta que no cambiemos estará en juego nuestro futuro.
Rafael Vidal Delgado
Coronel de Artillería en la Reserva
Diplomado de Estado Mayor
Doctor en Historia por la Universidad de Granada
Profesor del Master Ejecutivo en Dirección de Seguridad Global (MEDSEG)
Profesor Principal del Master Ejecutivo en Dirección de Sistemas de Emergencia (MEDSEM)
Asesor de Planificación Estratégica de Belt Ibérica, S.A.
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