Hace diez años que puntualmente a finales de diciembre reflexiono sobre lo que ha sido, es y será la Seguridad en el umbral del nuevo año. Por supuesto esa no es la “verdad”, gracias a Dios, aunque con muchos defectos aún no tengo la “soberbia del saber”, es como decimos los historiadores y analistas de inteligencia “una verdad”, la que hemos reconstruidos con los retazos que conocemos del pasado y la que consideramos que va a ser en el futuro tras analizar los acontecimientos que se están sucediendo. Lo que es cierto es que nuestra verdad histórica y nuestra verdad futura, le hemos basado en pilares de suficiente consistencia, como para considerar que pudo pasar o que así puede suceder.
Evidentemente la crisis económica ha supuesto un duro golpe para el negocio de la seguridad, y hablo bien “para el negocio”, que no para la Seguridad, que al revés ha salido fortalecida y día a día se hace más fuerte. Los peligros y riesgos de la vida diaria han exigido en los últimos treinta años un esfuerzo empresarial para proporcionarse seguridad, en la consideración que la misma genera beneficios de una forma indirecta al reducir las “pérdidas desconocidas” y por factores más materiales.
También se ha producido un incremento en los servicios de seguridad, porque “quedaba bien para la empresa”, “le proporciona credibilidad y seriedad”, disponer de unos vigilantes, a modo de “recepcionistas de uniforme”. Pero he aquí que las empresas necesitan adelgazar sus costes, única forma de mantener su cartera de resultados, y de la primera cosa que “abandonan” es la seguridad innecesaria. De esta forma, compañías de vigilantes de seguridad de ámbito local, con unas decenas o centenas de hombres y mujeres, en muchos casos trabajando a tiempo parcial, con relativa escasez en conocimientos de protección y vigilancia, han perdido clientela y se han visto abocadas al cierre, dejando en el paro a centenares de buenos españoles. La realidad es que en los momentos de crisis los únicos que permanecen son los mejores del mercado.
El año 2011, con todos sus problemas económicos, con miles y miles de puestos de trabajo perdidos en el sector de la Seguridad, hay un dato alentador, incluso diría importantísimo: ha sido la promulgación de la Ley 8/2011, por la que se establecían medidas para la protección de las infraestructuras críticas, esta norma junto con la de Seguridad privada, son los dos pilares del sector.
La Administración ha marcado un reto. Ha fijado que en un horizonte próximo el director de seguridad debe ser un profesional con muchos más conocimientos que los que hasta la fecha eran necesarios. Podemos decir que hemos subido varios peldaños, hasta situarnos en un lugar preeminente en el mundo económico e institucional.
Este reto formativo debe ser una constante a lo largo de 2012 e incluso en años sucesivos. Ya no es válido decir: “soy director de seguridad”; “soy jefe de seguridad”; “soy escolta”; “soy vigilante de seguridad”; etc., porque lo que eres, si no te reciclas, no lo serás mañana y prescindirán de ti. En este sentido tenemos que ser como otros profesionales que constantemente están actualizando conocimientos.
La Ley 8/2011, aparte de mostrarnos un camino de perfeccionamiento permanente ha fijado que estamos inmersos en una “Seguridad Global”. No hay compartimentos estancos. La Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad asignaba unas misiones/funciones a cada uno de los cuerpos policiales existentes en España, pero con el transcurso de los años, los límites entre unos y otros se han ido difuminando. Por supuesto existe una jerarquización en la seguridad: nacional, autonómica y local, pero el objetivo único es “proteger la convivencia y normalidad ciudadana”, añadiéndose a ese objetivo, por la Ley de Infraestructuras Críticas: la Seguridad Privada.
Las grandes amenazas que se ciernen sobre el mundo: el terrorismo indiscriminado y global; el ciberterrorismo; la guerra asimétrica; el narcotráfico; el crimen organizado e internacional; el mal uso de la biotecnología; y otras que están surgiendo y que surgirán, ya no son competencias de un solo cuerpo policial o de los estatales, sino que todos, incluidas las Fuerzas Armadas, todas las policías y la propia seguridad privada, deben hacerles frente de forma decidida y coordinada.
¿Cómo alcanzamos esa sinergia de trabajo con todo el conjunto de la Seguridad Nacional? Evidentemente con más formación y preparación, así como estableciendo unos cauces efectivos de coordinación entre todos los implicados. Además habrá que plantearse ejercicios conjuntos de todos los actuantes en la Seguridad. Diría más habrá que efectuar ejercicios periódicos con las seguridades nacionales de la Unión Europea.
No quisiera alargarme en demasía, pero la seguridad privada tiene una importante misión en la autoprotección de las instalaciones, establecimientos, dependencias, espacios, etc., en definitiva actividades de la vida ordinaria que pudieran originar riesgos. La ley 2/1985, de Protección Civil y el Real Decreto 393/2007, por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección, son bastante claros, aunque en este caso implícitamente, indicando que el interlocutor y enlace con el Sistema de Protección Civil (es único y engloba el estado, las CC.AA, y los entes locales) es el Departamento de Seguridad.
Aparte de todo ello, hay que relacionar que los expertos auguran que algunas “cosas” de nuestra vida diaria desaparecerán a lo largo de los próximos años, dejando su vacío claras vulnerabilidades que la “Seguridad Global” tiene que saber afrontar y superar. Algunas de ellas son: las oficinas de correos; lo cheques bancarios; los diarios impresos; los libros en papel; el teléfono convencional; la televisión tal como la vemos en la actualidad; los sistemas de información, cuyas “memorias residirán en la nube”; la privacidad y la necesidad de protegerla, y otras más.
Todo lo anterior, desde mi perspectiva personal, se avecina para 2012 y los próximos años, existiendo como única terapia: MÁS Y MÁS FORMACIÓN EN SEGURIDAD GLOBAL.
¿Aceptamos el reto?
Rafael Vidal Delgado
Coronel de Artillería en la Reserva
Diplomado de Estado Mayor
Doctor en Historia por la Universidad de Granada
Diplomado y profesor del Master Ejecutivo en Dirección de Seguridad Global (MEDSEG)
Diplomado y profesor principal del Master Ejecutivo en Dirección de Sistemas de Emergencia (MEDSEM)
Asesor de Planificación Estratégica de Belt Ibérica, S.A.
Fuente: Belt Ibérica
Fecha: 27/12/11
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